Los graves efectos sobre la salud de la respiración bucal
Frenos a la vista…
- Si tu boca está abierta, tus aparatos de ortopédicos/ortodoncia tardarán más tiempo y tu tratamiento será mucho más desafiante.
- Los espacios entre los dientes serán más difíciles de cerrar y la estabilidad de la alineación de los dientes se verá comprometida una vez que se quiten los frenos.
- Esto significa que es probable que experimentes una recaída de la ortodoncia y que necesite frenos nuevamente en el futuro.
Habla:
- Cuando los niños tienen la boca abierta, es más probable que tengan dificultades con ciertos sonidos del habla.
- El problema del habla más comúnmente asociado es un “ceceo”, o la incapacidad de decir los sonidos “S” correctamente.
- El habla se ve afectada porque cuando tiene la boca abierta, también tiene lo que llamamos un “patrón de deglución por empuje de la lengua”.
- Este tipo de patrón de deglución hace que la lengua sobresalga o empuje hacia adelante al hablar y tragar.
Crecimiento y desarrollo facial:
- Es importante darse cuenta de que el crecimiento es una fuerza muy poderosa.
- Es muy probable que un niño con la boca abierta se convierta en un adulto con rasgos faciales más planos, pómulos menos prominentes, una cara más larga, ojos más caídos y tono muscular facial más bajo, un paladar más estrecho e incluso un maxilar inferior más pequeño en la mayoría de los casos.
- Al cerrar la boca y respirar por la nariz, se pueden prevenir estos patrones de crecimiento negativos.
Sueño y oxígeno:
- Cuando los adultos y los niños respiran por la boca durante el día, es muy probable que también respiren por la boca durante toda la noche.
- La respiración bucal por la noche, combinada con una vía aérea obstruida, son dos síntomas directamente relacionados con la apnea del sueño y los niveles alterados de dióxido de carbono y oxígeno en el torrente sanguíneo.
- Cuando llega menos oxígeno al cerebro, el aprendizaje y la capacidad de concentración en la escuela se convierte en un problema para muchos niños.
- En los adultos, la fatiga crónica, el cansancio y la confusión mental son síntomas comunes relacionados con estos problemas.